El otro día decía que me gustaban mucho los trazados de vía en "hueso de perro", y un viejo ferroviario me comentó que en toda su vida había oido hablar de nada parecido en su historia laboral. Y es lógico porque así como la mayoría de los términos de los que se utilizan en el modelismo ferroviario están tomados del tren real, este término del hueso de perro es puramente de modelismo, y yo he dado aquí por supuesto que mis lectores lo conocían, cuando seguramente para algunos, y quizá para muchos les resulte extraño.
Así que ya que últimamente estamos hablando un poco de la topología de los trazados de vía, voy a dedicar este artículo a lo que podíamos llamar el esquema básico de circulación en una maqueta de trenes.
En el tren real, lo que encontramos siempre es una línea que une dos puntos (dos ciudades, una ciudad y un puerto, etc) y normalmente con una serie de paradas o estaciones intermedias. Probablemente con el tiempo la línea se prolonga por uno o ambos extemos, alcanzando puntos cada vez más alejados. En esta situación los trenes circulan entre ambos extremos de la línea en un trayecto que dura varias horas, y cuando llegan a uno de los extremos, tienen una parada prolongada (de minutos horas, e incluso días) hasta que son preparados para recorrer la línea en sentido contrario. Con el tiempo, esta línea probablemente llegará a entroncarse en otros puntos con otras líneas y desarrollará ramales en su recorrido, dando lugar a una red en forma de malla, que es la forma que tiene una red ferroviaria en cualquier pais.
En una maqueta de trenes no podemos ni soñar en nada parecido. Por mucho espacio que tengamos, en ningún caso podemos plantear una linea que se tarde horas en recorrer. Una maqueta de trenes lo que debe hacer siempre es representar un tramo muy limitado de una línea y reproducir el paisaje y la circulación de trenes que tendría esa sección si perteneciese a una línea muy larga. Tratamos de escoger un tramo interesante, y para ello normalmente contamos al menos con una estación y utilizamos toda clase de trucos para que esa "ventanita" que es en definitiva toda maqueta, sea lo más parecida a una mínima sección de una línea real de ferrocarril.
La aproximación más perfecta, es lo que normalmente llamamos maquetas lineales. En ellas se representa efectivamente un trazado entre dos puntos extremos, en cada uno de los cuales habrá en principio una estación terminal. A lo largo de ese trazado puede haber alguna estación intermedia.
Los trenes circulan de una estación a otra en un recorrido que puede durar unos pocos minutos, si la maqueta es muy grande, pero al llegar al final de la línea tienen que parar y ser preparados para circular en sentido contrario. Determinados trenes de tipo automotor pueden no requerir ninguna preparación para circular en sentido opuesto. Así que aunque las maquetas de este tipo son las más reales, necesitan un espacio enorme para que los trenes puedan circular un tiempo razonable, y aún así requieren una atención constante para mantener la circulación de trenes.
Con objeto de liberar al operador de esta atención constante, a veces, las maquetas lineales no son tan lineales sino que cuentan con una vía de retorno que permite que los trenes que han alcanzado el final de la vía vuelvan a la estación inicial por una vía oculta por debajo o por detrás de la zona visible. En este caso se pueden mantener las estaciones como estaciónes término y hacer unos accesos poco visibles hacia el bucle de retorno, o hacer las estaciones como estaciones de paso y hacer que los trenes desaparezcan por un túnel en lo que se supone que sería la continuación de la linea.
Lo dicho hasta ahora es perfectamente aplicable tanto a instalaciones de vía sencilla como de doble vía. Si queremos aproximarnos a la realidad, los trazados más importantes son normalmente de doble vía, mientras que las vías secundarias suelen ser de vía única. Naturalmente la doble vía implica que los trenes circulan por cada vía en un solo sentido, y que debe ser el mismo en toda la maqueta. En las maquetas lineales no hay ninguna implicación respecto de si la vía es doble o sencilla, ya que el caso de vía doble los trenes deberán salir de la estación terminal por la vía correspondiente a su sentido, y si son de vía sencilla habrá que disponer en el trayecto algunas estaciones con vías de cruce para que los trenes puedan esperarse y cruzarse en ellas como en la realidad.
Pero como ya hemos dicho, las maquetas lineales son un poco utópicas, porque requieren un espacio enorme. En general, los aficionados tienen que recurrir a maquetas mucho más pequeñas, y por lo tanto un tren no puede circular por ellas más que unos cuantos segundos (en el mejor de los casos unos pocos minutos) sin llegar a lo que sería el final de la "ventana de realidad" que repesenta la maqueta. Así que la única forma de conseguir mantener los trenes circulando un tiempo apreciable es que estos se muevan en un circuito sin fin, de modo que pasan una y otra vez por el mismo lugar en un ciclo que puede durar segundos o varios minutos, según la forma de trazado y la longitud de las vías.
Hacer un circuito de vía única en la que se muevan dos o mas trenes en sentidos contrarios y que se crucen por tanto en estaciones donde unos trenes esperen a otros es pácticamente imposible en los trenes alimentados por corriente continua (algo más facil con corriente alterna, pero también complicado).
Así que como es más fácil y también mucho más bonito y permite unas circulaciones atractivas, lo normal es que con una maqueta medianamente grande se vaya a un "circuito principal" de doble vía.
El concepto de "circuito principal" es ese tramo de vías sin fin que un tren puede recorrer indefinidamente. Normalmente en una maqueta medianamente grande hacemos un circuito principal y automatizamos la circulación de trenes en él, de modo que el operador se dedica a realizar maniobras en las estaciones, clasificación de vagones y demás tareas manuales mientras uno o varios trenes recorren ese circuito principal. La entrada y salida de trenes en ese circuito principal también es una tarea manual, más o menos ayudada por los sistemas de señalización y acantonamiento que hayamos dispuesto en el circuito principal.
En una maqueta muy pequeña, incluso en una sencilla instalación desmontable, lo que vemos siempre es un circuito principal en forma de óvalo, con algunas vias auxiliares para estacionamiento de trenes. Con algo así hemos empezado todos, pero en poco tiempo resulta frustrante al evidencia de que estamos viendo un tren que gira indefinidamente, de una forma totalmente ajena a la realidad. Salvo para un niño pequeño este giro sin fin no tarda en resultar aburrido y frustrante. Aunque hagamos crecer el tamaño de éste óvalo, mientras podamos seguir el trazado de los trenes en todo su recorrido, y éste no pase de unos segundos, la sensación de irrealidad permanece.
Afortunadamente en la realidad ferroviaria existe una característica que viene en nuestra ayuda: los túneles. Al reproducir un túnel, ocultamos una parte del recorrido de los trenes de manera que con una disposición un poco hábil rompemos la evidencia de que el tren se mueve en un circulo sin fin. Salvo contadísimas excepciones los túneles en la realidad no tienen ninguna derivación ni desvío en su interior, de manera que si un tren entra por la boca de entrada debe salir al poco tiempo por la boca de salida. Eso es lo que el espectador que mira nuestra maqueta espera. Sin embargo, nuestros túnenes pueden ser todo un mundo de trucos, de modo que cuando el espectador espera ver salir el tren por una determinada salida, en realidad el tren salga por otra, o no salga más, o salga otro tren... etc.
En definitiva una buena maqueta debe sorprender al espectador en el sentido de que sea incapaz, o al menos necesite una observación detallada, para descifrar como circulan los trenes en ella, en definitiva para saber cuándo y por dónde va a volver a aparecer el tren que acaba de meterse por la boca de un túnel. Esto hace perder por completo la sensación de que en realidad está viendo trenes que circulan indefinidamente por un circuito sin fin.
Y lo ideal es que todo este truco quede oculto con un aspecto inocente, es decir que de la sensación de que se trata de una escena evidente, con trenes que vienen de lejos y los vemos aparecer por la boca de un tunel, para después de un cierto recorrido por la maqueta, irse hacia otra alejada que ya no está a nuestra vista. Es decir, que tenemos delante una "ventanita" por la que vemos una parte muy pequeña de una gran instalación ferroviaria.
Y aquí vienen las dos formas basicas de conseguir que en una maqueta tengamos un circuito de doble vía que simula ser una pequeña zona de una linea ferroviaria, pero que en realidad sea un circuito sin fin que pueda ser recorrido de forma indefinida por los trenes.
En el dibujo de cabecera tenemos las dos formas básicas de conseguir esto. La forma A se denomina "ovalo de doble vía" y la forma B se denomina "hueso de perro". El nombre viene de que dibujado en su forma más esquemática, este segundo dibujo se asemeja a la imagen de un hueso
Quiero aclarar que en ambos casos no se trata de que los trazados deban tener esa forma exacta, ni siquiera aproximada. Las vías que aquí se representan como rectas y curvas pueden tener un gran longitud y un trazado todo lo sinuoso y "plegado" que queramos, pero en todo caso corresponden a uno de los dos esquemas anteriores.
La diferencia fundamental es que en el caso A un tren recorre indefinidamente el óvalo interior, mientras otro tren puede recorrer simultáneamente el óvalo exterior. Cada óvalo se recorre en sentido contrario como indican las flechas. Cada tren circula sólo por su óvalo, interior o exterior, y nunca por el otro. a menos que se meta por los desvíos, en cuyo caso se encuentra circulando por el óvalo paralelo en sentido contrario.
Por el contrario en el esquema B un único tren recorre un circuito más largo, y acaba pasando por todas las vías del circuito sin necesidad de tomar ninguno de los desvíos.
Es evidente que en el segundo caso, para tener más de un tren en circulación simultáneamente, como en definitiva están en la misma vía, hay que establecer un sistema de bloqueo
Así que el óvalo es más sencillo de instalar, porque dejando ambos óvalos electricamente aislados, basta poner dos alimentaciones una para cada óvalo, y manejar así dos trenes de forma independiente. Sin embargo la circulación es más monótona porque el recorrido de cada tren es más limitado y cada tren circula siempre en el mismo sentido.
Por el contrario el hueso de perro tiene una circulación más larga, y los trenes pasan por todas las vías del trazado, circulando unas veces en un sentido y otras veces en otro respetando siempre la circulación por su sentido. Técnicamente es más complejo porque para que circulen dos trenes simultáneamente hay que establecer un sistema de señales y si queremos conseguir que cada tren se mueva independientemente del otro con su propia alimentación es bastante más complicado.
Nótese que tal como se ha dibujado, la parte "visible" coloreada en rojo de ambos circuitos es idéntica, mientras que la variación está en la parte oculta que está representada en azul. En ambos casos, los desvios dibujados en la parte inferior izquierda, que representan una estación, tienen el problema de que unen dos vías de polaridad inversa, luego hay que hacer algo para permitir que un tren los tome.
Hay una variación importante respecto de la "topografía" de ambos circuitos. En el tipo B los dos lazos representados en azul, pueden estar a altura muy distinta y en muchos casos superpuestos. Suponiendo que uno de los lazos esté al nivel minimo y el otro al nivel más alto, los trenes tienen todo el desarrollo de la vía para salvar esa diferencia de cota, por lo que se pueden hacer distintos miveles sin que las pendientes tengan que ser excesivas. No ocurre lo mismo con el esquema A
Como ya he dicho anteriormente, el hueso de perro tiene el problema de que cuando un tren entra en una boca de tunel, vuelve a aparecer por la misma boca en sentido contrario. Antes decía que una buena maqueta debe sorprender al espectador, pero este tipo de sorpresas tan alejadas de la realidad no son adecuadas. En artículos anteriores ya he comentado que una estación oculta, aunque sea solo de dos vías, permite evitar este efecto desagradable.
No es por tanto sorprendente que la gran mayoría de los esquemas de maquetas que se publican en libros y revistas obedezcan al esquema del doble óvalo ya que son más fáciles de instalar. Sin embargo, para una maqueta grande y complicada como la que yo estoy construyendo es más adecuado un hueso de perro. También la preciosa maqueta
Schwarzwaldbahn que está construyendo mi amigo Angel, responde al esquema del hueso de perro. En ella se ha aprovechado de la propiedad antes comentada de permitir situar el lazo de retorno final a la cota más alta, con lo cual la maqueta tiene una estupenda variación de niveles sin que las pendientes sean excesivas.