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Cuando la rana va llegando a su madurez, sufre una serie de transformaciones, de las que quizá lo más llamativo es que le crecen las patas, inexistentes en la fase de renacuajo. La verdad es que esta transformación es bastante espectacular porque la rana pasa de ser un animal acuático exclusivamente nadador, a un anfibio, capaz de respirar aire y capaz de dar grandes saltos precisamente con esas patas que antes no tenía.
Bueno, y ¿a qué viene esto?. Pues sencillamente a que mi maqueta también se ha metamorfoseado y como está a punto de llegar a la fase adulta le han crecido patas, como a las ranas.
En la imagen anterior vemos los dos módulos en los que sigue dividida desde la mudanza, y podemos apreciar cómo en estos días estoy colocándole una patas terminadas en ruedas. Por cierto es la primera vez que aparece la maqueta en su nuevo emplazamiento, aunque en la fotografía apenas se aprecia.
Las patas son de cuadradillo de 4 x 4 cm y le he puesto unas ruedas procedentes de unos muebles de IKEA que al final monté sin ruedas.
Las ruedas me van a permitir desplazar la maqueta en su nuevo habitáculo, que aunque pequeño no es exactamente ajustado como el anterior, Esto me va a permitir, desplazando la maqueta gracias a esas ruedas abrir un pasillo de paso por todo el perímetro, lo cual me va a dar acceso desde todos los bordes. Con esto voy a tener la comodidad de poder trabajar desde cualquier borde, cosa que hasta ahora era imposible.
Desde luego pierdo la facilidad que antes tenía de poder voltear la maqueta para trabajar por ambos lados con el tablero puesto en vertical. Así que la comodidad que gano para poder trabajar por arriba, la pierdo en cuanto al trabajo por debajo. Afortunadamente casi todo el cableado está terminado.
Pero la consecuencia más importante de esta nueva situación es que ahora puedo abrir ventanas de acceso por todo el perímetro para poder alcanzar trenes que se atasquen o descarrilen en el interior de los túneles. En la situación anterior esto era imposible, así que tenía pensado que el decorado que cubre las vías ocultas se pudiera desmontar para poder levantarlo y tener acceso desde arriba a esas vías. Esto es posible, pero hacer un decorado desmontable es mucho más complicado y además es difícil disimular las uniones de las diferentes partes. Ahora podré hacer un decorado clásico, fijo a la estructura, y con posibilidad de alcanzar los trenes atascados desde ventanas perimetrales.
Le he dado unas cuantas vueltas al tema de cuál debe ser la altura de la maqueta, ya que ahora no tengo ningún condicionante. En general a mi me gustan las maquetas bastante altas, sobre todo en la escala Z, ya que si no, tenemos sólo una vista de pájaro de los trenes, y los techos no son precisamente el lado más favorecido de nuestros trenes. Además en la realidad, casi siempre vemos los trenes desde un nivel próximo al del tren. En la anterior casa, esta maqueta estaba situada con el tablero a 110 cm de altura, lo que es bastante alto, pero estaba condicionado por el sistema de volteo. Ahora he decidido ponerla un poco más baja con el tablero a 100 cm de altura. Espero que eso me permita trabajar con un poco más de comodidad, ya que antes tenía que estar casi siempre subido en una pequeña banqueta. Por otra parte, creo que se podrá tener una vista muy a nivel de los trenes estando sentado, y con una vista elevada pero no excesivamente alta, estando de pie.
Y por supuesto, después de la experiencia de la mudanza, estoy haciendo la nueva estructura de forma que sea desmontable, así que en vez de encolada, va montada mediante tornillos y tuercas.
Bueno, parece que dentro de poco voy a poder poner a funcionar mis trenes de nuevo. ¡Ya era hora!